La Garza Real

Cuando paseamos por las márgenes del río Tajo, quizás sea éste un pájaro cuya silueta tenemos todos  en nuestra retina: descansando sobre una sola pata agazapado con el cuello encogido, en alerta escudriñando el entorno con el cuello estirado, hundiendo en el agua su largo pico hacia algún pez gato que pasaba por su zona de pesca, pescando en las presas,  o bien, volando con un tranquilo aleteo y las patas extendidas.

La Garza real (Ardea cinerea) es un pájaro grande, más de un metro de alto con el cuello extendido y más de 170 cms de envergadura total desde un extremo a otro de las alas. De color gris por la parte superior y blanco grisáceo por la inferior. Su pico, potente y grande de color amarillo, cambia de color en época de cría (fundamentalmente marzo, abril) pasando a ser anaranjado. De la parte trasera de la cabeza le cuelga un penacho de plumas de color azul oscuro, casi negro.

Cría en comunidad o «pajareras» como la que muchos años hemos observado en la arboleda cercana al Puente de Polvorines, en nidos construidos como un cesto plano de palos.